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No Espere Para Vacunar

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Heather Saxby, FNP-BC, Mansilla Medical

Entre las lecciones que estamos aprendiendo del impacto de COVID-19 en nuestro mundo, nuestras comunidades pueden estar aprendiendo cuánto nos necesitamos unos a otros. Aunque no es glamorosa, la vacuna anual contra la gripe, sigue siendo un pilar del bienestar preventivo. En general, se acepta como la mejor manera de reducir el riesgo de contraer influenza, minimizar el riesgo de complicaciones graves relacionadas con la influenza y reducir la gravedad del virus si se llegara a enfermar.

El riesgo asociado con la vacuna contra la influenza es pequeño, pero la ganacia es significativa. En la temporada de influenza 2018-2019, se estimó que esta enfermedad causó 490,000 hospitalizaciones. Estos números son importantes porque este invierno, con la amenaza del COVID-19 que se avecina; Evitar que los hospitales se abrumen con enfermedades potencialmente prevenibles es clave para garantizar que todos los pacientes reciban atención oportuna y especializada.

Desafortunadamente, menos de la mitad de los adultos en los Estados Unidos recibe la vacuna contra la influenza, y el Centro de Control de Enfermadades publico recientemente una estadística desalentadora reportando las muertes pediátricas por influenza han alcanzado un nuevo récord durante la temporada 2019-2020. Aunque la mayor parte del mundo se centra en el nuevo coronavirus (y con razón obvia), la Influnza sigue siendo una amenaza real y potencialmente grave.

Una queja común de los pacientes es la preocupación por enfermarse después de recibir la vacuna. La vacuna contra la gripe no contiene virus vivos, por lo que no se puede contraer la gripe por la vacuna. Si se siente enfermo después de la vacuna, puede haber otras razones, como por ejemplo:

  • Exposición a uno de los muchos virus del resfriado común o rinovirus. La vacuna contra la Influenza (gripe) solo protege contra la influenza.
  • Es posible que haya estado expuesto a la gripe antes de recibir la vacuna o antes de que su vacuna entrara en vigor. Su cuerpo tarda aproximadamente dos semanas en desarrollar anticuerpos de protección después de recibir la vacuna.
  • Es posible que haya estado expuesto a una cepa de Influenza diferente a la que se incluyó en la vacuna contra la gripe de esta temporada. Los virus de la influenza cambian constantemente y cada año los centros de influenza de todo el mundo envían muestras de cepas comunes de influenza a la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS usa estos datos para hacer una recomendación para el desarrollo de la vacuna contra la gripe, y luego cada país decide qué cepas incluir en su vacuna. Para los Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) toma esta decisión utilizando la mejor evidencia disponible en ese momento.
  • Las vacunas contra la influenza aún pueden variar, y algunas personas se enferman a pesar de recibir la vacuna. La edad de un individuo y otras condiciones de salud pueden afectar el funcionamiento de su cuerpo para desarrollar anticuerpos protectores después de recibir la vacuna. El CDC indica que incluso cuando esto sucede, la vacuna puede ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad.

Todos tenemos un papel que desempeñar en la protección de nuestra familia, amigos y comunidad. Una revisión sistemática y un metanálisis publicado en 2017 en el Journal of Infection encontró que la vacuna contra la influenza redujo las hospitalizaciones en adultos mayores en aproximadamente un 40%. En un momento en el que muchos se preguntan qué pueden hacer para ayudar y acelerar el regreso a la “normalidad”, no se demore en vacunarse este Invierno.